LA CATRINA

En 1910, México vivía una situación complicada por el inicio de la Revolución. Existían periódicos de combate donde hablaban de este acontecimiento y estatus social.

José Guadalupe Posada Aguilar trabajaba en estas publicaciones haciendo críticas sociales con sus ilustraciones de calaveras. Al principio se le conocían como las “calaveras garbanceras”, haciendo énfasis a “los nuevos ricos”.

Gente de clase baja que al principio se dedicaban a vender, en su mayoría garbanzos, y posteriormente lograron escalar a clases más altas y querían aparentar ser personas de la burguesía.

En ese entonces las personas de alto estatus social se les decía catrín o catrina, ellas vestían un estilo llamado Gibson girls.

Utilizaban corsets, que les hacían una cintura tipo avispa, vestidos largos y era obligatorio usar sombrilla y sombreros de ala muy ancha, ya que no se buscaba un color bronceado, la tendencia era ser de tez completamente blanca. El abanico y sus bolsos decorados con perlas y piedras brillantes no podían faltar.

Y así nace la inspiración de Posada, explicando que es una representación de que la muerte no distingue entre clases sociales, y que llega a la vida de todos por igual.

 

El nombre de “La Catrina”, posteriormente se lo dio Diego Rivera, cuando pinto su mural de nombre “Catrín”, hecho en el Hotel del Prado en 1947. Debido al sismo de 1985, ahora esta en el Museo Mural Diego Rivera.

Hoy en día “La catrina” es un símbolo emblemático de nuestra cultura y adorna calles, casas, ropa e incluso zapatos.

 

FUENTES: ngenespanol.com